Prohíben smartphones y cámaras en numerosas piscinas de Alemania


Karlsruhe (Alemania), 1 jul (dpa) - Los smartphones están en camino a convertirse en el mayor problema de las piscinas de acceso público, ya que cualquiera puede sacar fotografías o filmar sin ser descubierto.


El resultado de esta actividad termina a menudo en las redes sociales sin contar con el correspondiente consentimiento de quienes aparecen en las imágenes. A fin de proteger el derecho a la intimidad de los bañistas, cada vez son más las piscinas en Alemania que prohíben tomar fotos o hasta el uso general de smartphones en sus instalaciones.

El trasfondo jurídico de tales medidas se basa en el derecho general de la personalidad y la ley de derechos de autor aplicados a las artes. Según la legislación, no está prohibido sacar fotografías en espacios públicos, pero sí la distribución y publicación sin el consentimiento de las personas retratadas.

Esto también vale para las redes sociales. La situación es especialmente sensible en las piscinas debido al tipo de vestimenta, por lo común escasa, y principalmente cuando se trata de niños. El código penal alemán también puede ser aplicado cuando imágenes violan la esfera más íntima de la personalidad.

En la ciudad de Karlsruhe, en el sudoeste de Alemania, la prohibición ha sido incluida en las reglas generales de comportamiento en las piscinas. Los bañeros se ponen en contacto con los visitantes cuando descubren que están usando un smartphone.

También en Hamburgo los estatutos de comportamiento de numerosas instalaciones públicas prohíben filmar o sacar fotografías en las piscinas. El complejo acuático Arriba, de la vecina ciudad de Norderstedt, es uno de los mayores de Alemania con casi 800.000 bañistas anuales y va más lejos aún. Allí está prohibido todo tipo de uso de teléfonos móviles y de prismáticos.

Algunas piscinas públicas optan por una variante que sólo impide el uso de smartphones como cámara. En el ingreso los visitantes deben pegar un sello visible sobre la lente, que luego puede ser retirado sólo en pequeños fragmentos, de modo similar a las viñetas que se aplican en los cristales de los automóviles.

El empresario Holger Ditzel lanzó este producto al mercado en 2004 para evitar el espionaje industrial. El sello también es usado en institutos psiquiátricos. En un primer momento le contactaron complejos acuáticos con área de sauna, luego siguieron las piscinas.

La sociedad alemana de operadores de piscinas pone a disposición de los operadores de complejos acuáticos un modelo de reglamento que prohíbe sacar fotografías o filmar a las personas que usan las instalaciones. Las empresas pueden decidir por sí mismas sobre la aplicación de este código de conducta, según sean sus experiencias, señala el portavoz Joachim Heuser.

No existen estadísticas sobre el modo de actuar de las más de 5.400 piscinas de acceso público de Alemania respecto a esta cuestión. Según Heuser, el problema radica en el control: "En una piscina donde en un día soleado hay 5.000 bañistas o aún más, probablemente es difícil o hasta imposible controlar y aplicar la prohibición del uso de teléfonos móviles".